Artículo publicado en DIARIO MÉDICO 9/12/2009
El diseño actual del denominado sistema de precios de referencia ha servido para reducir de forma progresiva el precio de los medicamentos para los que existen genéricos y, en este aspecto, ha sido una medida a valorar de forma positiva.
La realidad es que existe escasa o muy limitada competencia de precios a nivel del precio de venta al público, el que paga el sector público y los pacientes, lo cual contrasta con una fuerte competencia entre los laboratorios al nivel del precio de venta de laboratorio, el que pagan las farmacias, tal como pone de relieve un reciente informe de la Autoritat Catalana de la Competencia(http://acco.gencat.cat/). Esta fuerte competencia de precios de venta de los laboratorios se manifiesta bajo la forma de descuentos muy elevados en las compras realizadas por las farmacias, que oscilan entre el 10% y el 70%. Esta es una clara indicación de que el actual sistema de precios de referencia vigente en España no traslada de forma rápida el efecto de la competencia de precios a los pagadores finales (el Sistema Nacional de Salud y los pacientes).
Esta situación tiene dos problemas destacables desde el punto de vista de la competencia. El primero es que reduce la capacidad de elección de los pacientes ya que la farmacia tiene incentivos a ofrecer aquellos genéricos para los que obtiene mayor descuento. El segundo es que se distorsiona la competencia: resulta fácil observar que el laboratorio que puede ofrecer mayores descuentos a las farmacias es aquel que tiene un precio más elevado, siempre que éste no sea superior al precio de referencia. Esto es precisamente lo contrario de lo que debería ocurrir un mercado competitivo. Este problema no es especifico de España: ha sido muy bien descrito y estudiado antes en bastantes países y la mayoría de ellos han adoptado cambios en la regulación a fin de mitigar el problema.
Hay que tener presente que este problema se debe al pobre diseño de la regulación y no al comportamiento de los agentes económicos (laboratorios y farmacias).
Existen varias reformas posibles para fomentar una competencia más saludable y eficiente en el mercado de medicamentos genéricos. La primera consiste en agilizar el sistema de precios de referencia: sustitución automática por el producto quincenal de menor precio en cada momento del tiempo con sustitución obligatoria y copago evitable (el paciente, si quiere, elige un medicamento equivalente más caro, pero paga la diferencia de su bolsillo).
La segunda, consiste en la creación de observatorios con sistemas
de información sobre los verdaderos precios de compra de las farmacias y la devolución por parte de éstas al sector público de una parte importante del descuento obtenido.
Y, la tercera, consiste en optar por la realización de subastas públicas a fin de determinar uno o varios laboratorios como proveedores preferentes de cada medicamento, desligando la remuneración de la farmacia del precio del laboratorio.
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