La reforma del copago puede
modificar tanto el nivel como la tendencia temporal del número de recetas, pero
a día de hoy aún no podemos hacer afirmaciones precisas sobre la magnitud de
estos cambios y debemos estar pendientes de la aparición de evaluaciones
rigurosas, eso si el SNS pone los datos a disposición de los investigadores. De hecho, los datos del primer año completo de
copago, representados hasta Julio 2013 en los gráficos siguientes, sugieren
claramente que el copago causó un cambio en escalón del número de recetas, sin cambio
de la tendencia en la mayor parte de CCAA.
Parece que la reforma del copago sólo
ha modificado el nivel (caída en escalçon), es decir, sólo se ha reducido el
número de recetas en el primer período momento de aplicación de la medida –
cambio de una sola vez en forma de por ejemplo 4 recetas menos por persona y
año- pero que se mantiene el ritmo de crecimiento previo a la reforma, ya que
los otros incentivos a la prescripción no se han visto alterados (este año más
recetas que el año pasado).
Un ejemplo de impacto no
permanente sino temporal que se diluye con el paso de aproximadamente un año
han sido los efectos de las diversas intervenciones
sobre los precios de los medicamentos aplicadas desde 1995 hasta 2006.
A partir de ahora las
comparaciones estáticas del número de recetas mes a mes (antes/después) irán
mostrando, si no hay más cambios, tasas de crecimiento positivas siguiendo la
tendencia temporal previa a la reforma si sólo ha tenido un efecto sobre el
nivel pero no sobre la tendencia temporal.
Esto no será indicación de que el impacto se diluye, sino simplemente de
que el efecto sobre la tendencia a buscar/prescribir/dispensar cada vez un
mayor número de recetas con el paso del tiempo no ha desaparecido, lo cual es
muy probable que sea así ya que ello depende de muchos más factores que no sólo
la reforma del copago (presión comercial sobre los prescriptores, presión
asistencial, formación e incentivos de los prescriptores, etc.). Y si además el
efecto inicial sobre el nivel del número de recetas no es permanente
(conciencia del coste de pagar por lo que antes era gratis para los pensionistas
que se va perdiendo/olvidando a medida que pasa el tiempo desde que se
introdujo el cambio), entonces las tasas de crecimiento de la comparación
antes/después podrían tender a ser más elevadas incluso que las previas, pero
esto es algo que sólo un análisis de impacto con técnicas de evaluación más
adecuadas permitirá conocer.
No deja de sorprender el escaso
conocimiento e interés sobre el impacto de una medida de gran calado social,
posiblemente una de las medidas de las políticas de austeridad que más afecta
el gasto social junto con las tasas universitarias, ya que sabemos poco o más
bien nada sobre los mecanismos de decisión de paciente y médico a la hora de
reducir las recetas dispensadas en la magnitud de hasta una cuarta como hemos
observados en los 10 primeros meses de aplicación las medidas en alguna
Comunidad Autónoma, y sobre sus efectos sobre consumo necesario/innecesario,
sobre la adherencia, sobre el uso de otros servicios asistenciales o sobre la
salud.