Respuestas a las preguntas de EL GLOBAL:
La contribución del paciente español en el coste de los medicamentos ha disminuido considerablemente en los últimos años. A mediados de los 90 era, según un informe de Antares Consulting, del 11 por ciento del precio del medicamento, para pasar al 7,1 por ciento en el año 2000 y al 5,4-5,8 por ciento en 2010. ¿Qué lectura hace de estos datos y qué evolución es posible esperar de cara al futuro?
El porcentaje efectivo de copago se ha reducido desde el 20% en 1979 hasta el 6,1% en 2009 (calculado sobre el precio realmente pagado por el SNS). Puesto que el copago normativo no ha cambiado (40%/10%/0%) en este período, lLa explicación es sencilla y se puede resumir en tres factores: (i) aumento de la población y de la prescripción a población exenta; (b) aumento del consumo de productos con copago reducido del 10% o menos; (iii) congelación del valor monetario del importe máximo de la aportación reducida (2,64 euros). El resultado no puede ser otro que la reducción de la tasa de copago efectivo, que de seguir así tiende hacia la casi desaparición.
Teniendo en cuenta las circunstancias actuales, ¿es preciso retomar los márgenes de contribución de los pacientes de años anteriores o tiene este descenso una lectura positiva que mueva a seguir en la línea actual? ¿Por qué?
La tasa efectiva de copago de 1979 (uno de cada cinco aportados por el paciente) debería recuperarse. Lo que era adecuado entonces debe serlo ahora con mucha más razón si atendemos a la renta de la población. El sistema, no obstante, para obtener esta aportación debe sufrir un cambio estrucrural. El sistema actual no es equitativo, hace pagar mucho a individuos con poca capacidad económica y exime a individuos con alta capacidad. Si ello no fuera poco, el sistema actual favorece el consumo innecesario. La población exenta aumenta en promedio un 25% el número de recetas al conseguir la gratuidad sin que ello guarde relación con un empeoramiento de su estado de salud.
¿Cuál debería ser, en su opinión, la función del copago?
El copago puede tener dos funciones esenciales: trasladar una parte del coste del paciente para aligerar la carga sobre el presupuesto público y moderar el consumo menos necesario. El segundo objetivo debiera estar por delante del primero si el objetivo es el de racionalizar el desmesurado consumo de medicamentos que tenemos en España. Sabido es que, desde esta perspectiva, el mejor copago es el que menos recauda!
¿Qué modelo de copago establecería?
En definitiva, recomendaría: 1) modificar el diseño del copago farmacéutico, eliminando la arbitraria distinción entre activos y pensionistas, e incluir los medicamentos hospitalarios de dispensación ambulatoria; 2) introducir un copago fijo en las visitas –y en las urgencias; 3) introducir tasas por servicios complementarios cubiertos y precios públicos por prestaciones actualmente no cubiertas; 4) modular los copagos en función de criterios clínicos y de coste-efectividad con copagos evitables siempre que sea posible; y 5) implementar mecanismos de protección de los más débiles económicamente y los más enfermos. Esto podría consistir en la fijación de un límite máximo de contribución al trimestre o al año en función de la renta familiar, con exención total de las rentas más bajas, ya sean procedentes del trabajo o la pensión, y tratamiento especial de los casos de enfermedad crónica o multipatología. El copago y otras formas de contribución no deben empobrecer, por lo que el límite debería suponer un porcentaje reducido de la renta familiar.
Si la idea es caminar hacia un Hispa-NICE, ¿cómo valora la creación de un copago similar al francés, variable en función de la eficacia?
Francia no es ni mucho menos el único caso en el que la magnitud de la aportación del paciente es distinta según el valor terapéutico del medicamento (Dinamarca, Alemania, Holanda, Bélgica, etc.). El importe del copago, más allá de una cantidad fija y reducida por receta y un importe máximo por persona, debe modularse según el valor y la relación coste-efectividad de los medicamentos. La evidencia económica es clara al respecto: hay fármacos eficaces y muy necesarios que no deberían tener copago para nadie, mientras otros de poca o nula eficacia comparada (valor terapéutico añadido) y elevada relación coste-efectividad debería tener un copago muy elevado.
En su opinión, el actual copago farmacéutico…
- ¿Contribuye a mejorar la eficiencia en el consumo de medicamentos? No, el gasto en medicamentos aumenta de forma innecesaria por persona un 25% después de obtener la gratuidad.
- ¿Contribuye a la equidad? No, de ningún modo. El copago actual es inequitativo ya que un 5% de los activos más enfermos, aunque estén sin empleo y sin subsidio, tienen que hacer frente al 50% del todo el copago.
- ¿Contribuye a asegurar la viabilidad de la financiación de los medicamentos en el SNS? Todo lo contrario, hoy representa un factor que impulsa el gasto en medicamentos hacia arriba de forma injustificada. ¿Hace falta más evidencia para iniciar su revisión?
¿Cómo valora la tasa por receta de Cataluña? ¿Es la mejor vía para corregir la tendencia a la baja de la contribución del paciente en el coste de los medicamentos?
La tasa catalana debe ser interpretada como una respuesta a la pasividad de quien tiene las competencias para modificar el actual y obsoleto sistema de copago. La solución pasa por una reforma estructural del sistema actual. No debe ser descartable una tasa al estilo francés, que podría ser temporal y relacionada con la situación económica,de importe bajo y corrigiendo la acumulación de pagos por persona. Lo que no resulta de recibo es hacerla pagar a quien hoy ya paga el 40% del precio de los medicamentos. Sólo el demagógico miedo electoral a imponer una tasa a los exentos ha llevado a una tasa universal.
En su opinión, esta tasa…
- ¿Contribuye a mejorar la eficiencia en el consumo de medicamentos?
¿Contribuye a la equidad?
- ¿Contribuye a asegurar la viabilidad de la financiación de los medicamentos en el sistema sanitario catalán?
- La pérdida de la gratuidad puede tener efectos sorprendentes. El efecto llamada del precio cero es algo importante en cualquier mercado. Si se reduce la tasa para los enfermos de menos renta que acumulan mayor consumo, será mejor que lo que tenemos ahora. Es de esperar que la aprobación de la tasa fuerce al gobierno central a aceptar la revisión estructural del actual sistema de copago. No obstante, dadas las actuales circunstancias, a nadie se le debe escapar que la finalidad principal es de carácter financiero, algo que en la situación actual es poco objetable y posiblemente más equitativo que el aumento de los impuestos sobre el consumo. Con las adecuadas correcciones eximiendo a las rentas más bajas y con un límite máximo, no sólo no empeora sino que mejora la equidad respecto al copago del Estado. Aún así, el futuro del copago no debe ir por este camino sino por la vía de una revisión en la línea apuntada en respuestas anteriores.
Otro elemento que puede intervenir en el diseño de un sistema de copago es la cartera de servicios
- ¿Es deseable una desfinanciación de medicamentos en este momento?
o ¿Bajo qué criterios? (por valor del medicamento, por utilidad, por coste…)
o ¿Cuál debería ser su alcance económico para que fuera útil en el objetivo de reducción de 40.000 millones de euros para 2012?
Ver entrada previa en mi blog:
http://pilleconomics.blogspot.com/2012/02/desfinanciar-medicamentos-con-prudencia.html
Está claro que algo hay que hacer y que el sistema usado hasta ahora no es equitativo. El resultado en salud de las medidas tomadas dará la justa medida de si las acciones tomadas son buenas o malas, aunque hay algunas más discutibles que otras, a priori.
ResponderEliminarTambién me sorprende el escaso debate que observo entre políticos, comunidades científicas y expertos en economía y salud para poder poner sobre el papel un plan a medio-largo alcance; hasta ahora parece que todo se improvise con un único criterio economicista. ¿Cómo han afectado medidas similares en estado de salud poblacional en los países del entorno? Si han funcionado, ¿por qué no se informa a la población para que sea consciente y responsable, y que acepte dichas medidas en ara de un bien mayor?¿o es que hay algo que no se explica?
De todas las medidas enumeradas, la que pondría en marcha ya mismo, y que sí que mostraría una intención relacionada directamente con la salud sería un copago proporcional a la relación coste-efectividad de cada fármaco, penalizando (o desfinanciando) aquellos que no tienen evidencia de mejorar lo presente o que, simplemente, son de poca o nula utilidad terapéutica.